El
día sábado 25 de marzo se realizó, en Matagalpa, el IX Encuentro de Escritores y
Poetas del Norte, en homenaje a Bayardo Gámez y Vidaluz Meneses.
Fue
algo extraordinario.
Desde
las nueve de la mañana, aquel auditorio de la UNAN estaba lleno de mentes
brillantes, talentos increíbles y algunos nombres que la señora Fama injustamente
ha olvidado. Algunos fotógrafos se movían de un lugar al otro a la caza de imágenes
perfectas, entre ellos Sergio Simpson cuyo talento de francotirador de la
cámara es indiscutible. Las sillas empezaban a llenarse mientras algunas personas
se arremolinaban en torno a la mesa en donde se exponían maravillosos libros, a
la vez de que aprovechaban para dar la mano a Rolando Téllez, un escritor de
primera línea, tanto en inglés como en español, que daba muestras de su
inconfundible don de gentes.
Pero,
¿quién es Bayardo Gámez para que se le diera semejante homenaje?
El
esteliano Bayardo Gámez Montenegro es un dibujante, pintor, escritor,
muralista, promotor cultural, instructor de artes plásticas, arqueólogo y
docente universitario. ¡Todo un talento multifacético coronado con una humildad
sorprendente!
Luego
de unas breves palabras, las cámaras se alzaron (y no sólo la de Simpson) para
atrapar el momento emocionante en que éste caballero de la cultura recibe su
justo reconocimiento.
PARTICIPACIONES
DESTACADAS
De
las participaciones, ¿qué diré? Todas fueron fantásticas.
La
poetisa de occidente, Verónika Rosil, leyó tres poemas de su último poemario y
cada persona en el auditorio pudo disfrutar de su talento.
Además,
debo decir que fue emocionante ver la participación de Edgar Rivas Choza,
conocido escritor y promotor cultural, quien con un poco de dificultad subió al
estrado para compartir algunas de sus obras. Un intelectual talentoso al que
tuve el placer de conocer desde hace mucho.
Otra
participación inolvidable le correspondió a Enrique Langrend, gran poeta, cuyo
dominio del lenguaje es singular y cuyas obras tienen una fuerza única.
Por
otro lado, Ángeles Cruz Gaitán sorprendió a todos al recitar un poema
improvisado en homenaje a Bayardo Gámez y que resultó ser una maravilla, aunque
supongo que algún desprevenido se sorprendió al escuchar la palabra “vagina”
que resonó en el poema y debió sacudirle el puritanismo a más de uno.
Acto
seguido, Ariel Montoya leyó tres poemas de su autoría en los que trataba temas
modernos con una fuerza magistral, demostrando porque es uno de los autores más
famosos del mundo de las letras en el país.
No
quiero olvidar, al gran poeta Lesther Fonseca, de Managua pero radicado en
Matagalpa, cuyos poemas exquisitos también pudieron deleitar a la audiencia. Ni tampoco olvidar la particular belleza de las obras del reconocido Juan Centeno.
Hago
esta descripción a vuela pluma para que se vea lo fantástico que fue escuchar a
estos grandes talentos, aunque reconozco que el tiempo no me daría para
explicar y citar a otros grandes participantes que hicieron de este evento algo
magnífico. Participantes como: Carlos Pérez Alonso, Danilo Rivera, Humberto López, Juan Urbina O, Ricardo Coronado o Alejandro Huerta... ¡Todos
ellos grandiosos bardos con pleno dominio de su oficio de portaliras!
Mención
aparte debo brindar para el trío de chicos que interpretó la Mora Limpia y cuyos
nombres no pude recuperar para esta crónica, y sobre todo para la curiosa e
hilarante participación de Fanny Vado Hernández quien improvisó una pieza dramática
frente a los asistentes arrancando carcajadas y dando la nota de buen humor al
evento.
También
destacar la presencia de Carlos Manuel Lazo López y Eddy Kuhl, dos grandes
intelectuales a los que el arte del Norte debe tanto.
AGRADECIMIENTO
Imposible
me sería cerrar esta crónica improvisada sin decir lo agradecido que me siento,
no sólo de haber asistido a este evento, sino de que incluso pudiera subir al
estrado a compartir un fragmento de mi ensayo LA CEGUA, con el que gané el
Certamen Literario María Teresa Sánchez.
Estar
ahí, ante tantos grandes intelectuales, y que estos me dieran su apoyo y
algunas palabras de estímulo, es totalmente una experiencia invaluable para mí.
¡Definitivamente
fue un sábado inolvidable para todos los bibliólatras y los que amamos la
alquimia mágica de las letras!
FOTOGRAFÍA DE SERGIO SIMPSON
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