¿CÓMO DIOS CREÓ EL UNIVERSO? (SEGÚN TOMÁS DE AQUINO)

Hace mucho tiempo, los científicos pensaban que el universo siempre había existido, que no había tenido ningún principio... ¡Pero se equivocaron! 

Las investigaciones más recientes han demostrado que el universo tuvo un principio y que inevitablemente tendrá un final.

Pero, entonces, ¿de dónde salió el universo si no existía nada para hacerlo en primer lugar?

Los filósofos griegos lo tenían más que claro: Del no-ser no puede surgir el ser, de la nada no puede aparecer algo.

Si algo pudiera salir de la nada ya lo hubiéramos visto en nuestra vida cotidiana, ¿no lo creen? Vamos caminando por la calle y ¡PUFFF! aparece un dragón rosado... Pero esa no es una experiencia que la mayoría vivamos. 

Además acá hay una trampa porque el dragón rosado aparece en un universo en el que hay "algo", no en un ambiente en el que hay NADA ABSOLUTA.

Los físicos cuánticos aducen que hay partículas minúsculas que aparecen y desaparecen "de la nada", pero si preguntas un poco te das cuenta de que para ellos esa vaina también es un misterio... Además, pasa lo mismo que con el dragón rosado. ¡Esas partículas están en un universo en el que hay ALGO, no en la NADA!

Así que, ¿cómo carajos surgió un universo entero de la NADA? 

No es una respuesta sencilla, y más cuando recordamos que si hablamos de NADA nos referimos a un vacío absoluto en el que no hay ni tiempo ni espacio. Algo tan inmenso que nuestras mentes vacilan sólo para imaginarlo.

LA RESPUESTA DE TOMÁS DE AQUINO

Tomás de Aquino fue un filósofo italiano que se propuso descubrir como "algo pudo salir de la nada".

Durante días y meses se retorció la cabeza para descubrir como el ser puede venir del no-ser, hasta que se dio por vencido. La idea era tan absurda que tenía que existir otra explicación.

Desde entonces, empezó a revisar la filosofía de otros grandes autores. Leyó que Platón hablaba de un Demiurgo (un ente desconocido) que organizaba el mundo real para hacerlo parecer a un mundo ideal... Pero, ¿qué iba a organizar ese demiurgo si no había nada?

Leyó a Aristoteles que le dice que Dios es un motor inmóvil que pone en marcha la maquinaria del universo... Pero, ¿de dónde salió esa maquinaria? ¿Qué iba a mover si no existía nada?

Las explicaciones de los antiguos no aclaraban de dónde salió el universo y como pudo venir de la NADA.

Entonces leyó a Plotino que decía que el TODO procede de la emanación de un solo, inmenso y único ser: Dios.

Así Aquino relacionó esto con aquella frase de Pablo:

"Porque en EL (Cristo) fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, los Dominios, las Potestades: Todo fue creado por Él y para Él".

¿QUÉ SIGNIFICA "CREACIÓN"?

Dios creó todas las cosas de la nada... Pero, momento, ¿no habíamos dicho que el ser no puede venir del no-ser? Entonces, ¿con qué derecho Pablo afirma que Dios creo ALGO de la NADA? Eso es absurdo.

Aquino dice que no puede ser absurdo puesto que no puede haber oposición entre la Razón y la Fe, porque el Autor de una y de otra es el mismo Dios, y Dios (que siempre dice la verdad) no puede engañarnos.

Cuando parece que la Ciencia y la Fe chocan, sólo es que nosotros no entendemos bien el problema por nuestras mentes limitadas.

Pero volviendo a la creación: ¿Puede Dios hacer surgir ALGO de la NADA? Aquino dice que no, porque eso sería violar las propias leyes de la naturaleza que Él creó.

Entonces, ¿Dios no puede crear? Sí que puede, dice Aquino.

La evidencia es esta: Si nada existía hace millones de años, entonces nada debería existir hoy en día... pero ese no es el caso, porque el universo existe. ¡Quiere decir que algo rompió la NADA para crear ALGO!

Entonces, ¿como pasó? ¡Por creación!

Aquino define creación como un acto de voluntad pura por parte de Dios. 

Cuando este Ser eterno y repleto de poder desea algo, su voluntad se materializa. Todo lo que no es Dios sale de la voluntad pura y perfecta de Dios, siendo esta voluntad el elemento siempre existente que dio vida al Universo.

Algo surgió de la nada, el ser del no-ser, bajo un acto de suprema voluntad de un ente que está más allá de las reglas del espacio y el tiempo.

¡Creados por ÉL y para ÉL!

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