8 BUENAS TELENOVELAS QUE SÍ ME GUSTARON

Lo confieso: La mayoría de las telenovelas me matan de aburrimiento. Quizás ello se deba a que las tramas cliché, las pésimas actuaciones y los desenlaces predecibles me asesinan cualquier vestigio de interés que pueda tener en tales historias. Sin embargo hay 8 telenovelas que, por uno u otro motivo, me han gustado y las he visto con atención.

De mayor a menor, estas son:

8-. ZORRO: LA ESPADA Y LA ROSA.

Novela colombiana, grabada para Telemundo, está basada en el libro de Isabel Allende titulado "Zorro: Comienza la leyenda". Novela llena de acción, violencia, intrigas y mujeres con escotes prodigiosos, además de que tiene el valor agregado de retratar a uno de mis superhéroes favoritos de manera respetuosa.

7-. MI CORAZÓN INSISTE (EN LOLA VOLCÁN)

Lo sé: Con un título tan horrible, la novela parece ser un bodrio y, de hecho, no fue muy famosa. En mi país la pasaron en un horario lamentable, pero la trama era interesante y Lola Volcán es uno de los mejores personajes femeninos que han creado las telenovelas colombianas: tiene un carácter fuerte y aguerrido, se equivoca pero sigue adelante, y nunca asume el papel de damisela en apuros; pero claro, el talento de Carmen Villalobos fue la que lo hizo creíble y es, para mí, su mejor novela.

6-. LA INDOMABLE (La telenovela brasileña de 1997, valga la aclaración).

Esta es una telenovela vieja, de allá por el 1997, cuando creíamos que sólo faltaban tres años para el fin del mundo. Me llena de nostalgia porque la vi sentado junto a mi madre, a las nueve de la noche y nos reíamos de las situaciones absurdas y los personajes inverosímiles, a la vez que nos sorprendía con sus momentos serios y paranormales. No olvido un árbol cuya flor al ser comida incitaba las pasiones sexuales y un monstruo que rondaba las noches llamado el "caderudo" y que fue uno de los grandes misterios de la trama.

5-. TIRO DE GRACIA

Parecía una narco-novela más, pero no lo fue.. Un conocido mafioso secuestra a un hombre inocente por el gran parecido que tiene con él y lo obliga a ser su doble. Dicho así, parecería algo tonto y aburrido, pero todo lo salva el extraordinario talento del actor Robinson Díaz que te hace creer que es dos personajes distintos. Te hace odiar al malo y preocuparte por el bueno, lo que sólo un verdadero actor puede lograr... Por cierto, el final de esta novela: ¡Simple y brutalmente ÉPICO!

4-. YO SOY BETTY LA FEA

Con esta no es necesario decir mucho: Betty es uno de los personajes cómicos más conocidos de todo el mundo y su telenovela era un respiro de diversión entre tantos bodrios melodramáticos.

3-. PANTANAL

Una telenovela preciosa: La fotografía era genial y captaba los incomensurables paisajes de la selva amazónica en Brasil. Yuma se convirtió, para mí, en el epítome de la belleza latinoamericana, además de que la historia me impresionaba con sus toques paranormales y sus brutales escenas de violencia. Por cierto, fue la primera producción que, al final, te deja un mensaje abiertamente ecologista.

2-. XICA DA´ SILVA

La telenovela que rompió todos los moldes de lo que era una producción telenovelesca en los años noventa. En mi país, el canal colocaba una advertencia de "fuertes escenas de contenido sexual y violencia" para que los padres enviaran a sus hijos a dormir, lo que inevitablemente nos obligaba a no dormir. Tais Araujo se convirtió en un ícono gracias a este personaje y le dio a la gente una probada de la verdadera y violenta historia de la Colonia. Cada vez que la miro me dan ganas de una frijolada... los que la vieron, entenderán.

1-. ESCOBAR: EL PATRÓN DEL MAL.

No estoy muy seguro de que podamos decir que Escobar: El Patrón del Mal sea una novela, ya que está fuertemente basada en la realidad dolorosa de los años ochenta y noventa en Colombia. A diferencia de las llamadas narco-novelas, los productores se cuidaron de no glorificar a Pablo Escobar hasta el punto de convertirlo en un héroe, pero tampoco le quitaron sus pocas cualidades. Nos lo presentan como un ser humano, un ser humano pervertido por el deseo de poder a toda costa, pero ¿quién en América Latina, teniendo la oportunidad, no se convertiría en Escobar? Es que Pablo es un producto del pensamiento latinoamericano y probablemente haya un Pablo en cada uno de nosotros, esperando el momento de tener el control absoluto.

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