Imposible olvidarlo: Estábamos reunidos en la sala de mi casa, mirando una pésima película de Kristen Stewart (¿eso cuenta como redundancia?) y ya eran cerca de las diez de la noche.
Acabábamos de devorar una dotación de comida chatarra como para satisfacer a un pelotón y mirábamos la peli con cierto desinterés cuando...
Acabábamos de devorar una dotación de comida chatarra como para satisfacer a un pelotón y mirábamos la peli con cierto desinterés cuando...
PPPUUUMMM!
Fue un sólo golpe: Potente, inesperado, enervante.
De pronto, todos nos quedamos en silencio, viéndonos unos a otros con rostros de desconcierto, hasta que alguien tomó la iniciativa de abrir la puerta y mirar hacia la calle. No había nadie. A esas horas el barrio era un desierto oscuro y silencioso.
No le dimos importancia y continuamos la velada, pero con un poco de nerviosismo mal disimulado. La experiencia no se volvió a repetir, aunque sí quedó grabada en mi memoria.
GOLPES EN LA PUERTA: ¿UN FENÓMENO PARANORMAL?
Los investigadores paranormales suelen tener todo un catálogo de señales que pueden indicar que habitamos una casa embrujada. Entre ellas se cuentan las luces que se encienden y se apagan, los sonidos de pasos en habitaciones vacías, la inquietud de los animales, objetos que desaparecen y reaparecen de forma inexplicable, y el inconfundible hecho de ver espectros.
Otra de esas señales tiene que ver con las puertas. En la mayoría de los casos, los entes del Más Allá suelen ser muy mal educados y se ejercitan abriendo y cerrando puertas con impune descaro. Sin embargo, no son pocos los espíritus que se dedican a tocar.
Los hay quienes tocan ligeramente y también están aquellos que suelen golpear la puerta, ya sea en una o en varias ocasiones.
No importa cómo se dé el fenómeno, el resultado es el mismo: Las personas que oyen el toque se sienten intranquilos, casi como si supieran que el que llama del otro lado no es un ser humano. El ambiente se pone tenso, los animales suelen esconderse, y siempre que se abre la puerta no hay nadie detrás.
Descartando las bromas de vecinos, los animales voladores que chocan contra las puertas, un pájaro carpintero que se obsesionó con la entrada u otras explicaciones banales, los investigadores paranormales suelen tomar ello como evidencia de encantamiento.
ADVERTENCIAS.
Algunas personas advierten (con no poca razón) que es insensato abrir la puerta de noche, cuando no sabes quién está detrás. Es un buen punto. Si alguien toca la puerta, quizás lo mejor es no abrir hasta estar seguros de que estamos seguros.
Hay quienes creen que abrir la puerta podría dejar entrar al ente invisible que produjo el fenómeno. Algo parecido a lo que sucede con los vampiros quienes (según algunas leyendas) no pueden entrar a un edificio sin invitación.
En Chile, las personas suelen colgar pequeñas cruces para proteger las puertas, pero en casi toda América Latina los rituales de purificación de casas incluyen ungir con aceite o con agua bendita las entradas.
En todo caso, nunca está de más una mirilla en la puerta que nos permita saber si el que llama es un familiar o un ser peligroso... y no nos referimos precisamente a los fantasmas, que los vivos suelen ser mucho peores.
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