"Escribir es la manera más profunda de leer la vida" dice Francisco Umbral, y quizás tenga razón. No de balde, la literatura ha acompañado al ser humano desde los inicios de la Civilización, quizás por su extraña cualidad de decir verdades mientras se narran mentiras.
Básicamente esa es la función de la ficción...
Pero ALTO. ¿Qué es Ficción?
Podemos decir que Ficción Literaria son aquellas historias inventadas, que se escriben en prosa, y que utilizan solamente palabras para transmitir su mensaje.
Exacto, lo has oído bien: ¡SÓLO PALABRAS!
Ese es, quizás, el mayor reto de todo escritor de ficción. No cuentas con narradores que modulen su voz, ni con imágenes como las del cine, música de fondo que nos enciendan las pasiones o actores profesionales... NO. Sólo tienes una cosa: Palabras.
Estas pequeñas "patitas de moscas" (así las llamaba mi hijo) que se dibujan sobre el papel y que los adultos denominamos "letras", se juntan para formar palabras, que hacen oraciones, que se aglomeran en párrafos, los cuales son capaces de llenar libros.
Si te pones a pensarlo es casi mágico: ¡Estos pequeños símbolos interactúan en la mente de un lector y produce en su interior imágenes y emociones!
¿Cómo pasa eso? No tengo idea. No puedo explicarlo. Sé que cuando leía EL SEÑOR DE LOS ANILLOS estaba con un libro en la mano, pero lo que recuerdo son enormes bosques bañados de niebla, luminosos elfos, bellas mujeres, espadas cortando el aire y criaturas horrendas. ¡Y todo eso nació de simples letras agrupadas!
¿PARA QUÉ ESCRIBIMOS FICCIÓN?
La respuesta simple: No lo sé. Quizás sea un instinto que nos acompaña desde hace milenios y que se transmite de generación en generación. No sería raro. Cuando un grupo de humanos se agrupan, siempre (de forma inevitable) se cuenta una historia. Quizás están discutiendo del Cambio Climático y viene alguien a decir cómo esto ha afectado a su país.
Narramos historias casi sin querer. Las historias nos conectan, nos ayudan a conocer a otros y a empatizar. Lo vemos en las tribus aisladas que aún se reúnen alrededor del fuego para compartir anécdotas.
También lo vemos en las vecinas que no ven la hora de reunirse a cuchichear de lo que está haciendo la María, "tan mosquita muerta que se ve"...
Así que tenemos un deseo innato de narrar.
De ahí en más, cada escritor tendrá sus propias curiosas razones: Hay quién escribe para descubrirle un sentido a la vida, otro para rescatar del olvido hechos que no deben perderse, alguien para desahogar sus propios pesares y, no son pocos, los que lo hacen por la fama o el dinero.
La razón no importa: Escribimos, contamos historias, algunos con férrea disciplina, dedicando mucho esfuerzo y tiempo, todo con escasa posibilidad de recibir recompensa material. ¿Por qué? ¡Porque lo necesitamos!
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