Antes que nada, me es indispensable aclarar que estas reflexiones son
absolutamente personales y de ninguna manera son máximas indiscutibles. Las
escribí en un cuaderno viejo como una de mis frecuentes sesiones de autocrítica
y no espero que a nadie le sirvan por entero, aunque, por supuesto, si un par
de ellas te son útiles me sentiré dichoso.
1-. El escritor de
cuentos debe ser capaz de plasmar la realidad de manera certera si es que quiere
poder arrancar al lector de ella. Sólo si el escritor es capaz de reproducir el
mundo real, tendrá el derecho de crear nuevos.
2-. Borges decía que
la literatura es un sueño dirigido, bien dicho, sin embargo se le olvidó al
argentino declarar que el lector es un corcel indómito que no se deja dirigir
fácilmente. Los malos escritores tratan de domar al lector mediante la fuerza
bruta, suponiendo que éste debe aceptar el mundo que se les propone. Los buenos
escritores endulzan el oído del lector y lo dirigen suavemente por la senda
prevista.
3-. Las primeras cinco
palabras del cuento tienen tanta importancia como las últimas cinco, o quizás
más. De esas primeras cinco palabras el lector decidirá si desea seguir leyendo
o si hará cualquier otra cosa.
4-. La extensión, ni
muy larga ni muy corta. El cuento debe ser capaz de decir lo que tenga que
decir sin necesidad de que el lector sienta que algo hace falta o que algo
sobra.
5-. Lo importante no
es lo que se cuenta sino cómo se cuenta. En literatura, la forma lo es todo.
6-. Ten cuidado con el
hechizo de los adjetivos. Tienen un poder de seducción ineludible y la mayor
parte de la literatura buena está construida a base de éstos, pero hay
adjetivos vulgares y fáciles que es mejor evitar. Si vas a escribir sobre las
piernas torneadas, los senos redondos o los cielos brumosos, quizás te convenga
sacar tu creatividad y jugar con adjetivos imprevistos como piernas amazónicas,
senos primaverales o cielos psicóticos.
7-. Escribe
apasionadamente pero no publiques hasta que leas lo que has escrito con la
cabeza fría. Deja reposar tu creación por un par de horas y vuelve a ella
cuando el delirio de la pasión se haya extinguido y tu sentido crítico esté
alerta.
8-. Los lectores saben
cuando estás imitando a García Márquez, a Borges, a Sabato, a Poe, a Lovecraft,
a Corín Tellado, o a Pérez Galdós. Los lectores reconocerán tu sello o librea.
Trata de no imitar en lo posible o imita llevando el estilo de tus escritores
favoritos por otros derroteros.
9-. Toda circunstancia
de la vida es susceptible de convertirse en cuento. Piensa fuera de la caja.
10-. El gran problema
de la mayoría de los diálogos es que no parecen ser reales. No se sienten como
si fueran dos personas hablando en la realidad. No importa si se trata de dos
aliens de la galaxia Andrómeda, dos soldados de un cartel de la droga
colombiano o dos esquimales calentándose en una fogata, si se siente que la
conversación entre ellos es forzada o ilógica es porque simplemente es un mal
diálogo.
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me ha servido de mucho, gracias
ResponderEliminarMuy buena reflexión.
ResponderEliminarBuen dato.
Gracias?
Muchas gracias!!
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