EL JUEGO DEL ÁNGEL es el segundo libro de la Saga de El Cementerio de los Libros Olvidados, escrito por Carlos Ruiz Zafón, pero, tristemente, no alcanza el nivel de su primer libro.
Cierto, "La Sombra del Viento", no era un libro perfecto: Tenía sus defectos, y muchos, pero sabía compensarlos con personajes redondos (como el inigualable Fermín Romero de Torres o el villano, Fumero) y su misterio interesante. En EL JUEGO DEL ÁNGEL hay buenos personajes, pero ninguno construido con tanta maestría, y su misterio es menos atractivo.
En esta historia abandonamos las intrigas humanas, de típica novela negra, que me atraparon en el primer libro, y nos introducimos en una trama paranormal de las que no me gustan tanto. Mucho del argumento es predecible, hay mucho melodrama, muchos sinónimos de oscuridad (tinieblas, penumbra, sombra, negrura, etc), y muchas descripciones innecesarias.
Ruiz Zafón se olvida de describir a los personajes, pero se toma mucho tiempo describiendo edificios, trajes y el clima... ¡Anda con el clima! Hay mucho talento de meteorólogo acá: Largos párrafos hablando de cómo está el cielo, la forma de las nubes, la fuerza del viento, etc.
El romance es bastante cursi. En "La Sombra del Viento" la cursilería se justificaba recordando que el personaje era un adolescente, pero acá tenemos un adulto con un amor obsesivo y sin matices.
No hablo de la prosa que tiende a sobreadjetivar, ni de la influencia de Gabo, pero sí de que hay muchas redundancias.
Por otro lado, como herencia de la Picaresca española, Ruiz Zafón construyó algunos diálogos bastante ingeniosos entre su protagonista y su ayudante. No llega a lo que hizo con Fermín Romero de Torres, pero lo hizo bien, más que bien. Sus diálogos son deliciosos.
El final deja más preguntas que respuestas. Es una lástima, porque si no se hubiera inclinado por el lado paranormal quizás hubiera sido una novela genial con todos los cabos cerrándose en el desenlace. Por ello, no paro de pensar que el autor dejó demasiados cabos sueltos y no supo como anudarlos sin el deus ex machina, sin ese elemento mágico que te hace decir: ¡Bueno, es que lo hizo el mago!
No me arrepiento de leerla: Es mucho mejor que otras cosas que salen al mercado, pero me desilusiona que no esté a la altura del talento de su autor.
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