Los jóvenes han encontrado una nueva manera de “divertirse”: fotografiarse desnudos con el móvil y enviar mensajes con las imágenes, una tendencia conocida como “sexting” que cada vez preocupa más a los padres. Este es el nombre del último fenómeno que mezcla dos factores explosivos: adolescentes y nuevas tecnologías, y que ha puesto de relieve una importante cuestión legal: ¿Se trata de una simple travesura, o es más bien pornografía infantil? Los jóvenes se fotografían parcial o completamente desnudos y reenvían las fotos a sus amigos más cercanos o las cuelgan de portales y redes sociales. El problema viene cuando excede esos límites y la broma se convierte en humillación. La ONG de Prevención de Embarazos Imprevistos entre Adolescentes ha estudiado este fenómeno, preocupada por el hecho de que un 20% de los jóvenes de entre 13 y 17 años ha mandado alguna imagen o vídeo suyo desnudo o semidesnudo, según datos de una encuesta. En la mayoría de los casos esta acción n
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