EL BESO QUE NO FUE

Ella quería esa beso. Era obvio. No se necesitaban palabras para descubrir lo evidente. El sitio era preciso. Los dos susurrando, riendo en voz baja, en el porche oscuro, viendo una luna imposible. Te acercaste a mí. Tus labios entreabiertos invitando a mi osadía. Yo me acerqué también pero no me atreví. El instante pasó. La puerta se abrió, te despediste, me abandonaste, y los labios entreabiertos se convirtieron en un recuerdo. QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE LEER: LA MUJER QUE ESPERABA EN LA LLUVIA RETORNO A LA PÁGINA PRINCIPAL